martes, 23 de febrero de 2010

Un poco de historia: Origen y consecuencias de la normativa SEVESO




El desastre de Séveso fue un accidente industrial que ocurrió el 10 de julio de 1976 en una pequeña planta química en el municipio de Séveso, 25 km al norte de Milán, en la región de Lombardía, en Italia. Causó que la dioxina TCDD llegara a zonas de población, causando diversos efectos, principalmente pánico.




La fuerte presión social provocada por el desastre químico de Seveso y otros anteriores como el de Flixborough (Reino Unido) en 1974, que se cobró la vida de 28 trabajadores, unido también al coste económico que estos sucesos ocasionaron, motivaron el inicio de una actividad legislativa de la Unión Europea con el fin de prevenir los accidentes en el ejercicio de la actividad de determinadas industrias por la presencia de sustancias peligrosas, limitar sus consecuencias a la población y al medio ambiente y velar por la seguridad de los trabajadores en su lugar de trabajo. Fruto de esta actividad legislativa es la conocida como normativa Seveso, que se inició con la promulgación de la Directiva 82/501/CEE.Una legislación al paso que marcan los desastres químicos.




Las posteriores modificaciones en la normativa Seveso han venido motivadas, en gran medida, por el acontecimiento de nuevos accidentes que han exigido la configuración de un marco más amplio de actividades y sustancias afectadas y unas obligaciones más exigentes. Los trágicos sucesos de Bophal (India) y San Juan de Ixhuatepec (México) determinaron la primera modificación de la normativa, al ponerse de manifiesto los riesgos que plantea la proximidad de las instalaciones químicas a los núcleos y zonas residenciales.




Entre otras medidas, se estableció el control de la ocupación del suelo en torno a instalaciones de este tipo.La segunda modificación normativa fue casi una consecuencia obligada de otra serie de accidentes químicos: el vertido de cianuro que contaminó el Danubio (Baia Mare, Rumania) y el desastre ecológico de Aznalcóllar (Huelva), que pusieron de manifiesto que muchas actividades de almacenamiento y tratamiento de la minería podían tener consecuencias ecológicas muy graves; el accidente pirotécnico de Enschede (Holanda), que reveló que la producción y el almacenamiento de sustancias pirotécnicas y explosivas conlleva graves riesgos de accidentes; o la explosión en la fábrica de fertilizantes de Toulouse (Francia), que puso de relieve el peligro que suponía el almacenamiento de nitratos de amonio y abonos a base de estas sustancias.


Esta nueva modificación normativa determinó, entre otros aspectos, la inclusión de nuevas actividades y sustancias en el ámbito de aplicación de la norma, y la exigencia de aportar mayor información a todas las personas que pudieran verse afectadas por un accidente, tanto trabajadores como población en general.La normativa Seveso en España




La normativa Seveso en España viene determinada, fundamentalmente, por el Real Decreto 1254/1999, de 16 de julio, por el que se aprueban medidas de control de los riesgos inherentes a los accidentes graves en los que intervengan sustancias peligrosas. Esta norma ha sido modificada recientemente por el RD 948/2005, de 29 de julio, entre otros motivos para incorporar la última modificación europea (Directiva Seveso III) y para trasponer algunas obligaciones contenidas en la Directiva Seveso II que no habían sido recogidas correctamente.




Las principales actividades afectadas por esta normativa son el almacenamiento y distribución de gases e hidrocarburos (37%), la producción, manipulación y almacenamiento de productos químicos (22%) y la fabricación y almacenamiento de abonos, productos fitosanitarios, plaguicidas y similares (15%). Del periodo comprendido entre 1987-2004 se tiene información de 26 accidentes industriales con emisión de sustancias químicas peligrosas en el desarrollo de actividades afectadas por la normativa Seveso. De éstos, 19 fueron clasificados como accidentes graves y, por lo tanto, notificados a la Comisión Europea. Hubo 18 víctimas mortales.




El más grave de ellos tuvo lugar el 14 de agosto de 2003, en la Refinería Repsol de Puertollano, donde 9 trabajadores perdieron la vida. Junto a estas muertes, los accidentes reseñados ocasionaron la intoxicación de más de un centenar de personas y momentos de gran alarma social, motivada en muchos casos por la falta de información suministrada por las autoridades competentes. En el caso del accidente de Puertollano, a pesar de su gravedad y aparatosidad, las autoridades no llegaron a activar el Plan de Emergencia Exterior, en una interpretación muy subjetiva de la ley y difícilmente justificable.El grado de cuplimiento de las disposiciones emanadas de la normativa Seveso en España presenta aún serias deficiencias e incumplimientos que suponen, de por sí, un grave peligro para la protección de los trabajadores, la ciudadanía en general y el medio ambiente frente a los riesgos ocasionados por los accidentes graves en los que estén presentes sustancias peligrosas.

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